lunes, 3 de marzo de 2008

OBJETIVIDAD

Copio literalmente de wikipedia.

El concepto de objetividad . Depende, por un lado, del concepto de objeto que manejamos y, por otro, de las reglas normativas propias del área en cuestión.

En ciencia, dichas reglas constituyen la metodología científica propia de cada disciplina.

La objetividad en sentido epistémico no es sinónimo de verdad, aunque a menudo solemos confundir los dos conceptos. Es más bien un "índice de confianza" o de "calidad" de los conocimientos y representaciones.

Tampoco es sinónimo de fidelidad al objeto ("fiel a la realidad"), a pesar de que éste sea uno de sus criterios más frecuentemente mencionados, porque los criterios normativos que permiten distinguir lo objetivo de lo que no es, son fijados en cada ámbito por la comunidad de los miembros o expertos del mismo.

Desde Kant la objetividad es definida como validez universal, esto es, validez para todos los hombres, con independencia de su religión, cultura, época o lugar, por contraposición con aquello que vale sólo para unos pocos. De modo que la objetividad se opone al relativismo. A partir de los años sesenta, sin embargo, la exigencia de universalidad empieza a ser sustituida por la exigencia de consenso en el seno de la comunidad (científica, cultural,...), separando de este modo diferentes esferas de uso del concepto. Lejos de la concepción estrictamente formal o metodológica que marcó el llamado positivismo lógico, nos aproximamos hoy en día a una concepción mucho más intersubjetiva.

En cuanto a su fundamento normativo, podemos decir que la objetividad epistémica descansa en última instancia en la alteridad del objeto respecto del sujeto, así como en la racionalidad de éste. Una racionalidad y una alteridad (la cual se manifiesta en términos de resistencia o de independencia respecto de la voluntad) que tal vez haya que buscar en el ámbito de la acción.


¿Por qué nos es tan difícil ser objetivos? Me estoy refiriendo concretamente a la proliferación de crónicas, comentarios, etc. sobre diferentes partidos de fútbol en los diferentes foros donde, no sé por qué, todo el mundo tiene la costumbre de barrer para casa, cosa que entiendo, pero es que a veces entramos en terrenos en los que más vale callarse y mirar para otro lado.

Me estoy refiriendo al partido que jugamos ayer contra la Escola Bonaire. Acabo de leer una crónica de un padre del equipo contrario no hace más que confirmar que nos equivocamos todos cuando utilizamos el foro para dar nuestra versión de la realidad y para iniciar la disputa con el rival. Por mí parte, no quiero entrar en este juego, pero os puedo asegurar que el arbitraje de ayer en Terrassa fue esperpéntico, un pobre chavalin que llega diez minutos antes del partido, cambiado de casa, sin ropa, con una chaqueta por encima...

La verdad es que estoy cansado, muy cansado de jugar en el grupo del Vallès. Aunque para mí no es excusa la labor arbitral cuando habíamos tenido 12 ocasiones claras (no exagero, fueron 12) que acabaron en el larguero, palo, fuera, en el cuerpo del portero, etc...

Vuelvo al tema. ¿Tanto nos puede llegar a reconocer que los otros han sido mejores que tú? Yo os puedo asegurar que cuando lo son, soy el primero en reconocerlo. Creo que no es tan difícil intentar conseguir esa objetividad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya se de que hablas y como has visto, he salido rápido al corte por lo que me contaste ayer y demás.

Yo tambien soy uno de esos ( y el que me conoce lo sabe de buena mano ) que si el rival ha sido mejor yo, sólo puedo felicitarlo ademas de seguir trabajando y punto, como si es al revés tambien reconocerlo.

Pero bueno en esta vida no todos somos iguales y cada uno tiene una opinión muy respetable digna de respetar.

Simplemente se ha de seguir luchando y punto, normalmente cada uno tiene su lugar en esta vida " tan maravillosa "


SALUDOS.

Javi G. Rigol dijo...

estamos en un pais donde la falta de objetividad y la hipocresia son el deporte nacional, creo que pides mucho, la gente no suele mirarse en su propio ombligo, vamos como para poder reconocer ciertas cosas, hay mucho egoismo e hipocresia, a veces no vale ni la pena desesperarse, un saludo