A diez minutos escasos del centro de Sevilla se encuentra uno de los últimos núcleos marginales de Europa: El Vacie. Los que hemos podido ver el reportaje del programa Callejeros de Cuatro, hemos podido ver imágenes que bien podrían pertenecer a cualquier país del tercer mundo. Ancianos, mujeres y niños viven en condiciones infrahumanas; niños desnudos deambulan por las calles, rodeados de basura y barro. Hemos podido ver los testimonios de alguna de las casi mil personas de raza gitana que se hacinan en chabolas construidas de cartón, chapa o desechos, sin electricidad ni agua corriente, sin las mínimas condiciones higiénicas, en un asentamiento que tiene más de medio siglo.
En este poblado no hay apenas hombres, casi todos están cumpliendo condena en cárceles a lo largo de todo el territorio español. La policía y varios miembros de ONG`s que denuncian activamente la pésima situación en la que se encuentran las familias son las únicas personas que se atreven a entrar en la jungla de miseria.
Es increible que esto pase a escasos diez minutos de una ciudad tan bonita como Sevilla. La verdad es que después de ver estas cosas es cuando uno se da cuenta realmente de lo que tiene. Me hace pensar cómo te puede cambiar la vida en función del lugar donde nazcas, como el destino puede llevarte a vivir en situaciones tan extremas.
Decía Pedro Guerra, "arriba del puente están los de arriba, y están los de abajo que es menos que arriba. Y luego está el puente, que es menos que abajo, yo pienso en mi casa, mi amor, mi trabajo...".
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