martes, 6 de mayo de 2008

ÁNIMO AMIGOS

Componer es un momento de cuestionamiento, euforia y depresión. Una vez que abrís una canción, no tenés más remedio que terminarla. Si no la sensación es de coitus interruptus, horripilante, no te deja dormir. Y cuando lo resolvés..., no quiero continuar con la analogía, pero sí: es como muy bueno, una intensa sensación placentera, de enorme gratificación y de contacto con lo divino.


Entrevista a Jorge Drexler, por María Eugenia Ludueña, en la revista de autogestión Hecho en Buenos Aires, n.º 47.

He leído estas palabras de Jorge y no puedo más que reafirmare en ellas. No sé si alguna vez habéis notado esa sensación de crear algo, de tenerlo a medias, de no poder parar hasta acabarlo. Esa impaciencia es lo que te impulsa a seguir más allá. Y, como, después de acabado, la sensación es gratificante. Te sientes bien. Yo tampoco quiero seguir con su misma analogía, pero tiene mucha razón.

Y esta idea la podemos llevar a muchos ámbitos. A escribir un libro, a luchar por algo, a poner todo tu empeño en conseguir un objetivo. Cuando lo tienes tan y tan cerca, tienes esa impaciencia que te deja un cosquilleo en el estómago. Pero cuando acabas, ay cuando acabas, la sensación es impagable.

Pd. Dedicado a mis amigos Javi y Raul, por lo que tienen este sábado. Mucha suerte.

2 comentarios:

Javi G. Rigol dijo...

gracias hilario, la verdad que es esa la sensación que tengo ahora mismo, no tengo otra cosa en la cabeza,

Raul dijo...

Gracias amigazo! Una máquina..

Bien bonito las palabras , sólo pensamos en una cosa, y es poder celebrarlo a eso de las 7 de la tarde el próximo sábado por todo lo alto. Queda poquito para hacer algo histórico...


VAMOS CHAVALES.