Componer es un momento de cuestionamiento, euforia y depresión. Una vez que abrís una canción, no tenés más remedio que terminarla. Si no la sensación es de coitus interruptus, horripilante, no te deja dormir. Y cuando lo resolvés..., no quiero continuar con la analogía, pero sí: es como muy bueno, una intensa sensación placentera, de enorme gratificación y de contacto con lo divino.
Entrevista a Jorge Drexler, por María Eugenia Ludueña, en la revista de autogestión Hecho en Buenos Aires, n.º 47.
He leído estas palabras de Jorge y no puedo más que reafirmare en ellas. No sé si alguna vez habéis notado esa sensación de crear algo, de tenerlo a medias, de no poder parar hasta acabarlo. Esa impaciencia es lo que te impulsa a seguir más allá. Y, como, después de acabado, la sensación es gratificante. Te sientes bien. Yo tampoco quiero seguir con su misma analogía, pero tiene mucha razón.
Y esta idea la podemos llevar a muchos ámbitos. A escribir un libro, a luchar por algo, a poner todo tu empeño en conseguir un objetivo. Cuando lo tienes tan y tan cerca, tienes esa impaciencia que te deja un cosquilleo en el estómago. Pero cuando acabas, ay cuando acabas, la sensación es impagable.
Pd. Dedicado a mis amigos Javi y Raul, por lo que tienen este sábado. Mucha suerte.
martes, 6 de mayo de 2008
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2 comentarios:
gracias hilario, la verdad que es esa la sensación que tengo ahora mismo, no tengo otra cosa en la cabeza,
Gracias amigazo! Una máquina..
Bien bonito las palabras , sólo pensamos en una cosa, y es poder celebrarlo a eso de las 7 de la tarde el próximo sábado por todo lo alto. Queda poquito para hacer algo histórico...
VAMOS CHAVALES.
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