EN BUENA ONDA

El pasado jueves asistimos a la gala de entrega de los Premios Ondas y a su posterior fiesta, el After Ondas. Me pude pegar la vacilada de ir acompañado de dos preciosas Vanessas, aunque la desventaja de quedar con dos mujeres es que se dobla la posibilidad de que alguna llegue tarde. Y así fue.

No os puedo negar ciertos temores a que alguien se quedara en la puerta, porque llevábamos tres entradas pero únicamente dos invitaciones, se nos perdió una por el camino. Era la primera vez que pisaba la alfombra roja, es una sensación un poco rara, la entrada estaba llena de gente esperando a otra gente, supongo que no sería por mí. Tampoco nadie gritó a nuestra entrada. Que bueno es el anonimato.

Entramos sin necesidad de enseñar ni una sola entrada (los de organización o tenían prisa, bueno eran de Prisa, aunque no sé si también la tenían, o me habían reconocido jejeje), y nos pillamos un buen sitio en platea. El cuello nos empieza a doler avistando la presencia de famosos y famosas. Sin incluir a los premiados, por ahí pasó gente como Ricardito Bofill, Luis Moya (a rás), Javier Estrada, alguno que otro que piensas quién coño es pero no los acabas de identificar.

Es Liceo es bonito, muy bonito. No era necesario haberlo quemado. Tampoco está tan mal. Llegan los premiados, vemos entrar a María José con Isidro y Roberto. No nos ve, va muy guapa con un vestido lila. En nuestra fila, acomodan a Toño, el diablo sobre ruedas de El Hormiguero. Me hubiera gustado cruzar con él unas cuántas palabras, pero ni me atreví ni tampoco sabía qué decirle. Sólo me hubiera gustado darle toda mi admiración por esa filosofía de vida que tiene.

Empieza la gala. Carles Francino y Gemma Nierga allí en el escenario. Nosotros unas filas más abajo. Qué emocionante. Santi Millan y Toni Moog ponen la nota de humor. Estuvieron bien sus intervenciones, aunque creo que Millan abusa demasiado de su papel de hombre seductor. Buen gag el de Eva González, la chica que me saca de mis Casillas. Buena intervención de David Fernández en el papel de Franco. Era 20 N, fueron a buscarlo al cielo pero el personaje estaba en el infierno. Al principio se asustó, creía que el que lo fue a buscar era Garzón.

Pocas cosas más de la gala, ah, sí, la chica que salía con los Ondas en la mano se cayó de boca, un guarrazo literal, se le fue el zapato por un lado, esto no salió en la tele, pero no veas como nos reímos aquellos que lo vimos. No hay nada que produzca más risa que caerse de boca. Vaya mal rato que pasaría la chica, era rubia para más datos. Ahí lo dejo.

¿Creíais que me olvidaba de lo más importante? El segundo premio de la noche fue para ATREVETE DE CADENA DIAL. Fue el momento más emocionante, vaya alegría al ver a María José recogiendo un premio Ondas. Sentimental que es uno. Además, ya os he dicho que iba guapísima. ¿Será la única alzireña con un Ondas en la butxaca?

Durante la Gala, destacar las intervenciones de la gente de El Hormiguero y de Jordi Évole, el Follonero. Es el más grande. Cornella’s power.

Al finalizar la gala acudimos al cóctel en una sala del Liceu. Conocemos a un simpático Sergi Mas. O allí había que ir cenado o los premiados comen poco por los nervios. Comida exclusiva, de esta que le tienes que preguntar al camarero qué coño es. Bebida en abundancia. Eso que no falte nunca. Pero ni rastro de bravas, chocos, calamares, sepia, pulpo. Eso sí, laminadura de rape confitado al aroma de berros, lo que quieras. Durante el cóctel veo un grupo de gente que se amontona. Digo, coño, alli hay comida. Vamos pa’lla. Pues no. Era el Duque rodeado por un charco de babas de las 24242 mujeres que lo rodean. Vaya vida la de este chico, los que somos guapos, famosos y ricos como él entendemos el precio de la fama. Pobre. María José consigue su foto con Francino. Qué simpático, qué guapo. Más que el Duque. Aunque pierde un poco sin traje.

Y después de la Gala el after Ondas. Hasta aquí puedo leer. Si queréis saber más, que me inviten a La Noria y me paguen. Ah, nos volvemos a colar. Bueno, María José entra por el photocall y pa’dentro, las tres entradas para the vanessa’s y para mí.

Como el grupo Prisa se portó tan bien conmigo, con todas sus atenciones, por el alcohol que me subvenciono, etc, etc. el viernes por la mañana me levanté a currar un poco resacoso, pero con un alarde de generosidad acudí al quiosco y le dijo a Paco: “Paco, El País”. Pensé que qué mejor manera de agradecerle el gesto que darle un eurito a Prisa. Que estamos en crisis, joder.

Ah, por cierto, fue la primera vez que fui a los Ondas pero os puedo asegurar que no será la última. Hay alguien también cercano, un poquito más si cabe, que tiene que recoger el caballo con alas que hace tiempo que ya merece.