Verano del 1990. Una mañana cualquiera del mes de Julio, se disputaba un partido de fútbol emocionante justo delante de la calle Flor de Nit número 6. Miguel Ángel y David (más conocido como Clavetes) Vs. Javi e Hilario. Los partidos eran memorables. Tras el campo de fútbol improvisado en la plaza se situaban siempre los mismos coches aparcados que recibían balonazos y balonazos.
Un día, tras el enésimo golpe, apareció un santo del Cielo.
- "Hola, soy Cristóbal" dijo
- "¿Cristóbal? ¿El del puro del campo del Sani? dijo Hilario
- No, tonto. Soy un santo. San Cristóbal. El patrón de los conductores. Los que me han avisado por dar tantos y tantos balonazos. Vengo a traeros la maldición. La maldición de la Flor de Nit.
Mientras Clavetes aprovechaba para ir a robar/comprar a la tienda Roser de la calle Dulzamara, todos nos preguntábamos que era eso de la maldición de la Flor de Nit.
San Cristóbal nos lo aclaró.
- "Nunca en la vida os sacaréis el carné de conducir"
- "¿Nunca en la vida? preguntó Javi. Es que a mí me haría ilusión trabajar como comercial de una financiera, y sin carné...
- "Bueno", dijo San Cristóbal. "Os voy a poner unos retos". Tú, el bajito cachas, tú te sacarás el carnet a 621 km de aquí. Esa será mi maldición.
- "Tú, el negrillo, te sacarás el carnet cuando... no sé... me tengo que inventar algo gordo... va, venga, cuando los Estados Unidos tengan un presidente negro. jejejejeje
- Y vosotros dos, el que se ha escapado con un duro a la Roser y ha vuelto con un flash, dos regalinas rojas, una nube y una bolsa de papadelta y el otro, el larguirucho de piel pálida, como sois más jóvenes, seréis los últimos en tenerlo. Os digo que os pondré en vuestro camino a dos mujeres que conducirán por vosotros, para que no os impacientéis, pero os sacaréis el carnet cuando...
Y allí desapareció. Nadie sabe qué maldición obtuvieron Clavetes y el Larguirucho. Sólo el tiempo nos dará la respuesta.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
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2 comentarios:
Vaya manera de decir que ya tienes carnet de conducir...
Luego soy yo el que escribe bajo los efectos de algún psicotrópico...
En hora buena: ¡Felicidades! y que sepas que nuestro gobierno desea afianzar las relaciones con el vuestro.
como una regadera, otro peligro en la carretera, que nos pillen confesaos
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