Mi amigo Álex Bodas que se casa el próximo mes nos ha pedido que le hagamos llegar alguna que otra foto de nuestro pasado para hacer un montaje para la boda.
Este hecho ha provocado que vaya a casa de mis padres a mirar fotografías antiguas. Nunca me ha gustado mirar fotografías antiguas, pero he de reconocer que esta mañana he tenido un conjunto de sensaciones muy dispares. Ha sido la cosa tan emocionante que no he podido más que venir a contarlas.
Las fotografias me han evocado a un tiempo pasado, a nuestra adolescencia, a momentos felices en el patio del colegio Alexandre Galí, a fiestas en el comedor, a celebraciones de la gran familia que formábamos, etc. Reflexionando al respecto me enorgullece que con el 90% de aquella gente tenga aún relación, con algunos más estrecha que otros, como es normal. Me he emocionado al ver padres y madres que tristemente nos han ido dejando estos años: Pedro, Urbi y Ángel. Me ha alegrado ver como esos niños que eran Laura, Mari Carmen, Rosalía, Jordi o Fran ahora ya son hombres y mujeres (Fran ahora compañero en el fútbol).
He sentido nostalgia del tiempo pasado. De hecho, cualquier tiempo pasado fue mejor.
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