martes, 22 de julio de 2008

LA AMISTAD



La amistad es un sentimiento que se gana con el paso del tiempo. Y digo bien, se gana, porque creo que el poder considerarte amigo de una persona es una cuestión de tiempo.

Hay refranes que dicen que, a diferencia de la familia que a cada uno le toca una, los amigos se eligen. Es decir, que sI tú ofreces tu amistad a una persona es porque tú lo quieres así.

Yo ya estoy en esa etapa de la vida en la cual la adolescencia pasó hace unos años, no sé si muchos o pocos. Una de las cosas que definen la adolescencia es el gran número de amistades que generalmente se suele tener. Recuerdo juntarnos grupos de diez, quince o veinte personas para ir a la playa, a la discoteca o simplemente para hablar las calurosas mañanas de verano.

Con el paso del tiempo, las amistades van cambiando. Creo que se va reduciendo el número por la propia lógica de vida. Trabajo, responsabilidades familiares, actividades de ocio, etc. La vida te va diversificando y añades nuevos lugares donde puedes encontrar nuevas amistades.

Yo tengo la suerte de poder presumir de tener buenos amigos, de conservar los antiguos, de ir añadiendo nuevos. Es evidente que no con todo el mundo tienes la capacidad de congeniar igual, pero puedo presumir de conservar mis amigos de la calle, los del colegio, los del fútbol, los de la universidad, los del trabajo, los del Sani, los de la peña sevillista...

Y, puede parecer mentira, pero lo que más valoro de la amistad es cuando ellos y ellas se dirigen a mí porque necesitan algo de mí. Estos días ando reflexionando mucho sobre este tema, sobre todo con aquellos que siempre y cuando digo siempre digo SIEMPRE, han estado ahí cuando yo lo he necesitado, guiándome, aconsejándome, orientándome, apoyándome. Por eso, ahora que lo necesitas tú, yo estoy ahí, como lo estarías tú, para apoyarte y para ayudarte. Es más, creo que tú estarías ahí con las mismas ganas que yo. Y no te digo con más, porque te puedo asegurar que más que yo en este momento y en este punto es imposible.

Mario Benedetti afirma:

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace en menos tiempo de lo esperado.

Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar.

Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.

Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo, entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables.

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.

Me gusta la gente que al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente; a éstos los llamo mis amigos.

Me gusta la gente fiel y persistente, que no fallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente que trabaja por resultados. Con gente como esa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran verdad la que escribes. Es cierto que la amistad se gana, pero no es menos cierto que la amistad "se aprende" con el paso del tiempo. Me explico, cuando somos adolescentes tenemos multitud de "amigos" (para ir a la playa, discotecas, etc.), pero a la hora de la verdad no todos están ahí, sencillamente porque no son amigos. Dentro de esa multitud de conocidos están los que nunca te fallan y esos cuando llegas a convertirte en un treintañero siguen estando. Entonces es cuando has aprendido el significado de la palabra amigo y te das cuenta que con el resto sólo te relacionabas en momentos puntuales (partidos de fútbol, botellones, etc.) y te divertías. Con el paso de los años te ves forzado a relacionarte más tiempo con compañeros de trabajo (con quienes puedes llegar a pasar más tiempo que con tu propia familia) y dedicas la mayor parte de tu tiempo de ocio (que por desgracia no es mucho) a tu familia: pareja, hermanos, padres, etc. Y con el poquito tiempo que te queda lo distrbuyes para ti mismo (a veces hay que ser egoísta y dedicarse tiempo a uno mismo) y para esos amigos, que siempre han estado ahí y seguirán estando.

Fdo: Javi

Javi G. Rigol dijo...

a pesar de la distancia o del tiempo los buenos amigos siempre estan, es cierto que amigos de verdad es dificil de conseguir, por el camino te encuentras con muchos compañeros o conocidos, incluso algunos que se dicen amigos y se aprovechan de tu situación o de tu buena fe, pero amigos de verdad, aquellos por los se romperian un brazo o te lo romperias por ti o por ellos, pocos y pero lo mas gratificante de todo es que aquellos amigos de verdad lo facil que es conservarlos a pesar de eso de la distancia o del tiempo, con los años espero seguir creciendo como persona y seguir creciendo en amigos, un abrazo