lunes, 21 de julio de 2008

ADÉU PEP


Parece que poco a poco se nos van yendo toda esa leyenda de gladiadores sevillistas que nos sacaron del pozo de la segunda división y nos situaron en punta de lanza tanto en España como en Europa.

Ya se fueron Pablo Alfaro, David Castedo. Parece que Javi Navarro está próximo a la retirada por esa maldita rodilla que no acaba de curar. Ayer fue el turno de Pep Lluis Martí.

Martí es uno de esos jugadores que tienen toda la pinta de acabar siendo entrenadores. De los que mandan en el campo, colocan, dirigen, etc. Siempre recordaré ese mediocentro que jugaba por delante de la defensa y que a veces por necesidades del guión tenía que hacerlo en el lateral derecho. Jugara donde jugara siempre cumplía. Un jugador de siete en todos los partidos, no hacía partidazos ni tenía lagunas en su juego.

Martí era un peso pesado del vestuario. Aún recuerdo la carta que le dedicó a nuestro Antonio Puerta, y que en su firma ya como jugador de la Real Sociedad incluyera el número 16 de Antonio. Gestos como estos y muchos más que seguro que desde fuera desconocemos son los que te hacen ser grande, ya no como jugador de fútbol, sino como persona.

Siempre que piense en Martí recordaré tu imagen lanzando córners y faltas, poniendo el grito en el cielo porque los córners parecían que nunca pasarían del primer palo. Cierro los ojos y veo a mi amigo Joan suplicando al cielo sentado en su mesa de la peña, la que toca al lavabo y ya casi de pie por si el balón quedaba corto y tenía que meterla en el primer palo. Porque tanto Joan como yo sabíamos que si el córner lo sacaba Martí no pasaba del primer palo.

Para acabar una profecía, no sé ni cómo ni cuándo, pero apuesto contra quién quiera que Martí acabará siendo entrenador del Sevilla Fútbol Club.

Gracias por todo Pep, que te vaya bien en Mallorca, que te vaya bien en tu casa.

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