lunes, 29 de diciembre de 2008

EL CLUB DE LOS 30



Hace dos días que he ingresado en este nuevo club. He estrenado dígito nuevo y de momento la cosa no va del todo mal. Se está bien, porque engañarnos. Os mentiría si no os dijera que he pasado unos días preocupado por el paso del tiempo. Más que preocupado añorando el tiempo pasado, esa infancia y esa adolescencia que ya nunca volverán. Aunque, viendo algunas fotitos de estas que han colgado por el feisbuc, también doy gracias de que no vuelva...

Me gustaría dar las gracias a todos aquellos y aquellas que me habéis felicitado. A los que habéis aprovechado el tan recurrido feisbuc y lo habéis hecho por ahí, los que me habéis mandado un mensajito, los que habéis molestado más y habéis hecho una llamadita (no os engaño, es más bonito que te llamen que no que te escriban) y aquellos y aquellas que durante una semana, dos, un mes o algo más me diréis "Ay, perdona, se me pasó tu cumpleaños" pero que sé que lo hacéis con buena intención.

Aunque si tengo que dar unas gracias especiales es a todos aquellos bandarras que cuando abrí la puerta del Bodegón estabais allí sentaditos, escondidos, esperando que llegara para ver mi cara de sorpresa. Gracias, muchas gracias a todos por estar conmigo ese día. A los amigos de toda la vida, a los amigos de la universidad, a los amigos del Sani. Incluso a las hermanas de mis amigos (jejejeje). También a aquellos y aquellas que sé que hubieran querido estar y que por diversos motivos no estuvieron. Permitidme que me centre en una que quizás ha sido una de las últimas en montar en mi carro de mis amigos íntimos pero que últimamente hemos compartido muchas cosas. Gracias señora Buedo.

Gracias especiales a la persona que lo hizo posible, sobre todo porque lo combinó con unos días difíciles por otras cuestiones personales. Pero es que a que Vani tengo tantas cosas que agradecerle. No lloréis, no lloréis, que me voy a casar con ella . Ah, y al coorganizador, vecino, compañero, amigo y guardador de secretos.

Nada os voy a contar de lo que allí pasó. Cena en la mejor de las compañías posibles, creo que todos lo pasamos muy bien. Buena comida, buenas risas. La noche fue acabando a horas diferentes para cada uno de nosotros. Cada uno a su ritmo, como la vida misma. Solamente puedo acabar diciendo que me hicistéis el hombre más feliz del mundo.

1 comentario:

Antonio Cano López dijo...

Qué bueno tu blog!!
Tío te pones de un sentimental y un reflexivo a veces que asusta jeje!!
El Jaume Creixell es un crack!!
Oye Hilario, me hace ilusión una cosa: dile a tu hermano si se acuerda de mí, que me gustaría añadirle al facebook (es un atajo para acercarme a la pataky jeje que es broma). Pero lo de tu hermano va en serio!!
Si no se acuerda le dices que nunca más le escucharé los sábados por la mañana!!