jueves, 18 de diciembre de 2008
CESTA DE NAVIDAD
Soy de los que piensan que en esta vida que nos ha tocado vivir uno siempre ha de guardar alguna ilusión, no cumplirlas todas, sino siempre te ha de quedar alguna por cumplir, aquella que te seguirá dando fuerzas para que algún día se vea realizada.
En estos últimos años he podido visitar el Ramon Sanchez Pizjuan, he visto ganar al Sevilla en directo títulos europeos y españoles, he visto de cerca a Renato y a su hijo Renatinho, le he dado alguna idea para sus historias al maestro Valeriano Campillos, he ganado con mis niños en el campo de la Escuela de Futbol de Gavà, me he comido un chuletón en Casa Lucio con un jamoncito del bueno, Dani Martín y Tontxu me han dedicado una canción desde el escenario, he hablado con Trancas y Barrancas, con Fher y Alex de Maná, Kanouté sabe que pienso que es Dios y un largo y largo etcétera.
Pero siempre queda algo por cumplir. Lo habrás adivinado por el título. Quiero que me den una cesta de Navidad. Ayer se lo dieron a Vanessa. Cuando entré por la puerta me encuentro una caja de cartón que contenía la gloria. Analicemos.
1) Dos tabletas de turrón que guardé rápidamente en el armario junto a las dos del año pasado. Miro la fecha de caducidad de las antiguas y aún aguantan.
2) Un par de botellitas de vino tinto, reserva del 94. Azabache. Una de vino blanco Marqués de Monistrol. Dos botellas de cava Brut Nature, Codorniu, Non Plus Ultra. Daremos cuenta de ellas.
3) Un chorizo y un salchichón ibérico. En días estarán viviendo en el interior de mis abdominales.
4) Una botella de whisky Ballantines. Todo un detalle que el responsable de elegir las cestas de VWR sepa que bebo esa marca de whisky. Tienen unos detallazos. Un par de cenas con colegas y cae fijo.
5) Una paletilla de jamón. Guijuelo. Oh, gran PEPE DOMINGO CASTAÑO (entiendan las mayúsculas). Jamón Guijuelo, único en el mundo.
Os voy a confesar una cosa. Vani me había dejado la caja en la puerta de casa. Una forma como otra de decir, tíralo tú que pasas por delante de la puerta del contenedor. Y, claro, lo he tenido qué hacer. He cogido la caja y me he dado una vuelta por todo el barrio. Ponía cara de esfuerzo, como si me pesara. Iba saludando a los transeúentes, conocidos y no conocidos. Hola qué tal, como están. Sí, me han dado la cesta de Navidad. He subido por la Avenida Salvador Allende, he bajado por la República Argentina. He pasado por medio de los puestos del jueves. Sí, mire, señora, es que me acaban de dar la cesta de navidad. He entrado dentro del mercado. He pasado por delante de la charcutería y me he quedado mirando los jamones, pensando... yo aquí dentro llevo uno mejor que vosotros. Y un chorizo y un salchichón...
He vuelto a Doctor Arús y he subido a casa. He vuelto a dejar la caja en su sitio. Esta tarde me daré otra vuelta, que esta mañana era muy temprano y seguro que hay gente que no me ha visto.
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3 comentarios:
bueno esta es la primera que escribo en su blog, y quiero soliradizarme con usted ya que a mi en mi empresa no me dan cesta , si no lote , lote a trabajar, queria decir. En cuanto en lo mal que esta repartido el asunto recuerdo una vez durante el servicio militar (melilla 1997) me toco custodiar la comida de 200 soldados en un camion tipico militar con la trampilla a media altura paseandose por los barrios mas pintorescos de la ciudad de melilla ( la cañada, la hipica..) imaginese usted señor hilario , es un simil el camion al hilo de la cesta creo que se arriesga usted a que un desalmado se le ocurra cometer un pillaje y salga usted malparado aunque solo sea para llevarse una caja vacia, eso solo lo sabemos los que leemos su blog.salu2
Hola Ratonpolis,
Gracias por su comentario. Si usted es partidario de realizar alguna acción para conseguir la cesta de navidad, avíseme.
Un fuerte abrazo.
ESO ES MALA LECHE JODER QUE MARICONAZO JAJAJAJ
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